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INTRODUCCIÓN
Desde 2010 (y hasta 2020) fui propietario del fantástico Nissan Patrol GR Y61, un coche que me brindaría muchas alegrías y aventuras.
Soy un gran aficionado al mundo del motor y, más específicamente, al automovilismo desde pequeño.
Como gran amante de la naturaleza, me considero una persona con ideas más bien ecológicas o sostenibles, y puede parecer una paradoja que me guste el mundo del motor. Me gusta como una afición y para el ocio. La verdadera contaminación es la diaria, y lo ideal sería no depender del transporte privado o fósil para el día a día. En el ámbito de la competición, se están realizando grandes avances tecnológicos con motores eléctricos, de hidrógeno y combustibles sintéticos que harían un poco más sostenible el mundo del motor.
Para ser realistas, es completamente imposible ser 100 % sostenibles viviendo en el mundo occidental, imposible.
Un ejemplo es el consumo del Nissan Patrol; yendo tranquilo, consume unos 10 o 12 litros cada 100 km, yendo por pistas se eleva a los 15. Un coche normal (relativamente nuevo y bien mantenido) ya consume, de media, unos 7 u 8 litros a los 100 km. Una furgoneta de más de 15 años puede consumir, en promedio, entre 20 y 30 litros a los 100 km.
No soy en absoluto un experto en conducción 4×4, aunque ya había realizado muchas rutas 4×4 y tengo una característica que me ha salvado de muchos accidentes: la prudencia. Cuando intentaron provocarme para que corriera más o hiciera tonterías con el coche, no les hacía caso y conducía a mi manera. Esta prudencia me habría salvado de muchos posibles accidentes.
Después de muchas rutas en 4×4, conocí a dos jóvenes que organizaban viajes a Marruecos. Y como soy de apuntarme a cualquier viaje, dije que sí.
Preparé el coche como pude, cambié el embrague que estaba en las últimas y organicé algo de ropa y comida.
Viernes 30 de marzo 2012
Embarcamos al ferry a las 10h. Colas de aduanas interminables en Barcelona. Pasaríamos todo el día y la noche en el ferry camino a Tánger, Marruecos.
Sábado 31 de marzo 2012
Llegamos a Tánger y de nuevo colas interminables de aduanas. Salimos del puerto y ¡ya estoy conduciendo por Marruecos! Era mi primera vez en África. Empezamos por autopistas recién asfaltadas y con mucha lluvia, la cual nos acompañaría casi todo el viaje. Es curioso porque pensaba que en Marruecos haría mucho calor y fue al contrario; pasé frío y hasta nos nevó en el Atlas.
Llegamos al hotel y a dormir.
Domingo 1 de abril 2012
Nos dirigimos hacia el sur y comenzamos por pistas con mucho barro, piedra y agua.
Bastante al principio del día iniciamos la ruta por una pista muy inclinada y con mucho barro. Mi coche que es muy ancho y pesado, se iba cayendo hacia un lado. En una de esas, le hice el primer golpe al coche contra un árbol.
Salimos de esta pista tan peligrosa y continuamos por unos espectaculares cañones. En el camino nos encontrábamos con niños pidiendo cualquier cosa; si no les servía, luego lo cambiarían por otra cosa. Repartimos muchas cosas, pero no estoy seguro de si servirá de algo; tal vez sería mejor llevarlo a una organización y que esta se encargara de repartirlo equitativamente.
Después de pistas con mucho barro, volvimos a pisar asfalto para cruzar el Atlas nevado.
Pasamos la noche en un hotel y descansamos bien, ya que nos esperaban días de dunas y muchos kilómetros.
Lunes 2 de abril 2012
Salimos temprano y nos dirigimos al desierto del Erg Chebbi. Nunca antes había estado en un desierto (bueno, a los 6 años en las dunas de Lanzarote, aunque no creo que cuente como desierto), y el paisaje me parecía espectacular, como en las películas. Además, conduciendo mi Patrol GR por el desierto, me sentía como un participante del Rally Dakar. Parece una tontería, pero hacer eso a mis 22 años me parecía impresionante. Conducir por dunas era divertido, eso sí, en todo momento iba detrás del guía que indicaba por dónde debía ir. Si hubiera ido solo, seguramente habría tenido más problemas.
Después de un gran día de conducción por las dunas, nos dirigimos a unas haimas, donde pasaríamos la noche. Desde allí hicimos una breve excursión por las dunas con camellos o dromedarios. Después de la excursión, fuimos a cenar, disfrutando de una comida buenísima. Me encantaron de Marruecos las frutas y las verduras frescas, ¡qué sabor! Mientras tanto, fuera de las haimas, hacía mucho viento causado por una tormenta que se veían algunos rayos en el horizonte. La noche fue ventosa y la arena entraba dentro de las haimas. Nos despertamos con arena encima nuestro y por todas partes. Hasta el relleno del colchón también era de arena…
Martes 3 de abril 2012
Al día siguiente nos dirigimos hacia el sur, hacia el desierto del Erg Chegaga. Estas dunas eran más pequeñas que el Erg Chebbi pero más cortantes y peligrosas.
De camino nos encontramos con muchos pasos de río con barro muy profundo. Cruzar estos ríos era muy complicado. Además, para evitarlos tuvimos que cruzar zonas de arena muy fina, que parecía polvos de talco. Me quedo atrapado dos veces en la misma pista y salimos de allí como podemos. Se hacía de noche y tenemos que cruzar esos desiertos de piedra y grava antes que llegara la noche. ¡Qué velocidades! A más de 120 km/h por estas pistas desiertas, ¡esto si que parecía el rally Dakar! Llegamos por fin a las dunas del Erg Chegaga y pasamos la noche con nuestras tiendas en medio del desierto, una buena experiencia y ¡qué frío!
Miércoles 4 de abril 2012
Nos levantamos en medio del desierto y empezamos a hacer dunas en 4×4. Noto que mi coche se balancea mucho, la suspensión está muy blanda y el coche está muy inestable. Después de un rato de dunas, el grupo quiere seguir pero yo no lo veo claro, ya me ha hecho dos amagos de volcar y decido no continuar. El grupo sigue con las dunas y yo me voy con uno de los guías hacia el próximo hotel.
Llegamos al hotel y llevamos el coche a un mecánico para una revisión y cambio de filtros. ¡El filtro de aire está lleno de arena!
Al cabo de un rato llega el resto del grupo. Nos explican que un coche ha estado de volcar porque ha desllantado. Cuando se hacen dunas, la presión de las ruedas es muy baja y, si haces giros bruscos, se puede salir el neumático de la llanta.
Suerte que me retiré a tiempo. Ya me ha pasado varias veces que decido retirarme de una ruta y al cabo de unas horas algún coche tiene algún problema. Recomiendo a todos que cuando me retire me sigan, mi instinto nunca me falla.
Jueves 5 de abril 2012
Al día siguiente nos dirigimos hacia Marrakech. Antes de llegar a la ciudad, paramos a visitar la Kasbah de Ait Benhaddou, un pueblo amurallado típico árabe.
Cruzamos el Atlas de noche con todas las curvas interminables.
Llegamos a Marrakech de noche.
Viernes 6 de abril 2012
Hoy será día de descanso y visita a la ciudad de Marrakech.
Sábado 7 de abril 2012
Hoy empieza el regreso a casa.
De vuelta a Tánger para coger el ferry de regreso a Barcelona.
Por el camino a uno de los guías se le rompe el motor. El otro guía lo tiene que remolcar hasta el puerto. Menudo trayecto de autopista más largo y llegamos justos a Tanger. El control de aduanas es un caos, y, además, nos pasan el coche por un escáner.
Embarcamos por fin y subimos a nuestros camarotes a descansar y dormir hasta el día siguiente.
Domingo 8 de abril 2012
Llegamos por fin a Barcelona.
Muchos días nos encontramos con zonas inundadas, barro… esto hizo que diéramos muchas vueltas y recorriéramos muchos kilómetros, en medio de desiertos llanos de piedras que teníamos que cruzar rápidamente. ¡Qué velocidades! El tablero del Patrol parecía que se desmontaba. ¡Y qué saltos! Al volver a Barcelona, tuve que cambiar la suspensión; después de Marruecos, el coche parecía una barca.
Como amante del motor y la aventura, fue una gran experiencia poder vivir esta aventura y hacerlo con mi propio coche. Cuando surgió la oportunidad, no dudé.
¡Muchas gracias a quienes me ofrecieron la oportunidad de vivir esta experiencia!
