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¡HOLA MUNDO!
1990 a 2000
De la niñez a la adolescencia
Nací un lunes 5 de marzo de 1990 a las 3 de la tarde. Nací feo y arrugado, como todos. Para muchos, sigo siendo feo y puede que un poco arrugado… pero nadie tiene duda de que soy muy peludo.
Criado en un entorno de clase media trabajadora, pasé casi todas las vacaciones en un camping de playa. Más adelante, mis padres hicieron un pequeño negocio que nos permitiría viajar, pero sin grandes lujos. La vida de camping hizo que amara la naturaleza y los viajes despertaran mi curiosidad por conocer nuevos lugares.
Ya desde muy pequeño, con una personalidad muy intensa e hiperactiva. Un niño con muchísima energía que sacaba de quicio a cualquier adulto responsable de mí. La psicóloga del colegio ayudó mucho a corregir la conducta, y gracias a la educación de mis padres, supe comportarme según el lugar donde me encontraba.
2000 a 2010
De la adolescencia a la juventud
Y llegó la adolescencia y todos sus cambios de todo tipo. Como todo adolescente, sobre todo al principio, tenía una tontería encima considerable.
Pasamos de disfrutar las vacaciones en el camping a hacerlo todos los fines de semana. Además, al hacer el cambio de caravana, pudimos disfrutar de un camping de invierno. Esto me hizo amar la montaña hasta ahora.
Al ser más mayores, pudimos hacer más viajes y en 2003, a los 13 años, planifiqué el primero. Se trataba de un viaje en coche por Alemania, Austria, la República Checa y Hungría. Fue todo un reto para mí, preparar el viaje con mapas, guías y libros. En ese entonces, no teníamos internet ni en el teléfono móvil ni en casa ni GPS. Durante el viaje iba de copiloto guiando a mi padre, mirando el mapa y leyendo los nombres de ciudades y número de carretera. Esto me hizo espabilar rápido y llevó a que planificara los siguientes viajes a los países nórdicos en 2004, Madeira y la Cordillera Cantábrica en 2005, y países nórdicos en autocaravana en 2006.
Los estudios los llevaba bastante bien hasta bachillerato. Tuve un bachillerato de 3 años horroroso. Trabajaba muchos días para ahorrar para el carné de conducir, dormía poco y tenía muchas migrañas. Claro está también que las ganas de fiesta de adolescente hacían que pasara muchos fines de semana casi sin dormir. A todo esto, se sumaban dramas familiares, amorosos y amistades…
A los 18 años, al sacarme el carné de conducir, me cambió mucho. Pude conseguir trabajos de todo tipo que me darían más libertad. Finalicé el bachillerato, por fin, y pasé a la universidad.
2010 a 2020
De la juventud a la edad adulta, los 30…
Esta etapa será mi despertar como persona amante de los viajes y la naturaleza.
Empecé arquitectura y lo intenté hasta tres veces. Estudiar arquitectura y trabajar apenas me daba tiempo ni para viajar ni ir a la montaña. Mi familia necesitaba dinero y mucho de lo que ganaba lo aportaba en gastos familiares. Además, venía quemado del bachillerato y me di cuenta de que el sacrificio que tenía que hacer no me compensaba. Me retiré de los estudios de arquitectura en 2013 cuando vi que lo que me apasionaba de verdad y sí valía la pena el sacrificio era viajar y la naturaleza (vuelta a los orígenes). Aunque parezca un fracaso, para mí no lo es. Estoy contento de haberlo intentado y de escoger un camino que me daría tantas alegrías.
Uno de estos trabajos esporádicos que tenía me hacía pasar muchas horas y noches en la carretera. Crucé Europa varias veces (sin visitar nada, claro) en todas las épocas del año. Esto me causaría 2 accidentes graves de tráfico (sin culpa, ambos me dieron a mí) que me dejarían física y psicológicamente tocado un tiempo y me plantearía un cambio de vida.
En 2011, después de estar años sin viajar por todos esos motivos, cobré un dinero de una indemnización de uno de estos accidentes de tráfico y decidí gastarlo en mí, en un viaje a Islandia. Esto marcaría un antes y un después en mi vida.
Con los años fui haciendo diferentes viajes cuando podía, cuando mi tiempo y el dinero me lo permitían. Mi familia cada vez necesitaba más dinero y se me hacía realmente difícil.
Después de un viaje a las Islas Lofoten en 2013, tomé la decisión de dedicarme plenamente a la fotografía de manera profesional. Tracé un plan, y en 2015 me hice autónomo. Fue una de las mejores decisiones de mi vida. No es un camino fácil, pero es mi camino. Esta decisión haría que viajara más y viviera momentos espectaculares en la naturaleza. Me haría ganar muchos reconocimientos internacionales y conocer mucha gente.
En 2017 conocí a mi actual pareja, quien tiene que aguantar mi personalidad tan intensa, hiperactiva y energética. Y como de pequeño sacaba de quicio a mis mayores, ahora lo hago con ella. Aunque creo que a ella le compensa después de tantos años y aventuras. Ella también es muy enérgica y nos complementamos muy bien en nuestros viajes y aventuras. Además, los dos nos entendemos y respetamos nuestro espacio. Ella tiene una gran necesidad de viajar con amigas y yo de hacerlo solo, sino hubiese este respeto esto sería inviable.
También ha sido una etapa en la que he perdido muchos amigos y familiares por accidentes de tráfico o salud. Esto me haría tomar grandes decisiones al ver que tenemos un tiempo limitado. En general, se vive posponiendo todo y la vida pasa demasiado deprisa.
Ha sido una etapa realmente intensa pero bien vivida y con buenas decisiones vitales.
2020 hasta hoy…
De los 30 hasta hoy
Empieza una nueva etapa, se supone de madurez y para muchos, a partir de aquí, todo va hacia abajo…
De momento, cumplo 30 años el 5 de marzo de 2020, y 10 días después, el día 15, se decreta el estado de alarma por la pandemia del coronavirus. Empezamos bien…
Por un lado, hay gente que dice que todo se va a acabar y por el otro que esto es un timo y no pasa nada. Me quedo un poco en medio y soy prudente, me centro en escuchar a los profesionales. Tomo las medidas que estos dicen y las obligadas por ley para evitar problemas.
Por suerte, soy autónomo y puedo seguir trabajando, pero claro, mis ingresos de particulares caen en picado. Me tengo que buscar la vida como sea. Trazo un ambicioso plan de negocio a largo plazo. En él entran muchos planes de fotografía, vídeo, cursos y otros que no diré porque están en proceso. Mientras la gran mayoría de la gente se pasa los días mirando la televisión o series, yo me los paso trabajando sin apenas descanso. Y menos mal, esta decisión me salvaría económicamente.
Por trabajo, me leo todos los BOEs para saber qué puedo hacer en todo momento. Esto haría que estuviese bien informado y con mi pareja pudiésemos hacer escapadas o viajes.
La familia y amigos nos decían que no podíamos hacer nada porque lo han dicho las noticias… me leía el BOE y le decía a mi pareja que sí, que haríamos lo que nosotros queramos. Así pues, en julio de 2020 estuvimos prácticamente solos en los picos de Ratera y Montardo en el Parque Nacional de Aigüestortes i Sant Maurici; en junio de 2021 viajamos a la Isla de La Palma; en febrero de 2022 hice mi primera expedición con esquís en solitario en Finlandia; y en junio de 2022, viajamos a Canadá en nuestro viaje de novios después de casarnos en mayo de ese mismo año. Es muy importante seguir tu camino y no vivir condicionado a los demás. Es bueno escuchar, pero tus decisiones son tuyas y de nadie más.
Después de un 2022 muy intenso entre la expedición en solitario a Finlandia, la boda con sus dos celebraciones y el viaje a Canadá, cambio dos veces de coche, cambio de caravana, toda la burocracia interminable y todo el trabajo, llega el mes de septiembre y toca ir al médico. Llevo todo el año con un fuerte dolor en la espalda, pero con todo lo que tenía que hacer, lo iba posponiendo. Paso un verano horrible en el que toda la comida me siente mal, me hago análisis de sangre y salen todos los valores del hígado alterados. Me hacen una ecografía y tengo la vesícula biliar llena de piedras y me la tienen que extirpar. Un cirujano me visita y me empieza a pedir una prueba detrás de otra, posponiendo la operación. Llega el mes de noviembre y harto de este doctor me voy a otro. Este otro doctor me opera el 15 de diciembre de 2022. Una vez más, mi instinto me ha vuelto a salvar; el doctor que me ha operado me dice que estaba a punto de explotar. La operación sale bien y ahora toca la recuperación.
Después de un mes de la operación, me atrevo a ir a esquiar, pero no aguanto más de 4 horas, las heridas me duelen mucho.
Paso unos meses de altibajos con mi sistema digestivo y en septiembre de 2023 nos alquilamos una autocaravana en Noruega. Este viaje nos marcará, nos entrará muchas más ganas de hacerlo de nuevo. Parece que este viaje fue sanador, después del viaje me encuentro mucho mejor y parece que ya vuelvo a estar bien después de la operación de vesícula.
Sigo trabajando con mis proyectos que cada vez dan más buenos resultados.
Continuará…