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NORUEGA, SUECIA Y FINLANDIA, SEPTIEMBRE 2024

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INTRODUCCIÓN

Después de más de 18 años sin viajar con mi padre, por fin volvemos a hacerlo. El último viaje fue en 2006, cuando alquilamos una autocaravana en Alemania y recorrimos Dinamarca, Noruega, Finlandia y Suecia con toda la familia. Fue un viaje organizado por mí, y él conducía. Ahora me tocará a mí organizarlo y conducir también.

Llevábamos meses hablando y planificando el viaje, pero no estábamos seguros de si podríamos hacerlo por temas logísticos y luego por cuestiones médicas. Mi padre sufrió un segundo trombo en la rodilla y queríamos asegurarnos de la opinión del médico especialista sobre la posibilidad de tomar un avión y viajar en autocaravana. Mi padre es médico, pero como no es su especialidad, no quería arriesgarse.

Estamos en el mes de julio y, finalmente, el médico especialista da el visto bueno. Empiezo a buscar vuelos y a revisar la disponibilidad de autocaravanas de alquiler. Hay poca disponibilidad y termino reservando una un poco grande, lo que hará que los días en los que esté solo el viaje sea un poco más pesado. Este año 2024 hay mucha actividad solar, lo que está provocando un espectáculo impresionante de auroras boreales. Después de años insistiendo y enseñándole fotos de este fenómeno natural a mi padre, espero que por fin pueda contemplarlas en directo.

Antes de empezar el viaje y hacer todos los preparativos, debo dejar todo listo en casa. Mi mujer está embarazada y quiero asegurarme de que todo le resulte cómodo. Hago una limpieza a fondo de la casa, dejo las cosas pesadas como el agua y la leche en el piso de arriba, y lleno la nevera y el congelador. Además, elijo unas fechas para el viaje que no coincidan con eventos importantes, como ecografías.

Ha sido un verano realmente duro entre el calor, los nervios del primer trimestre del embarazo, la incertidumbre con las fechas, y la necesidad de adelantar mucho trabajo antes de estar casi un mes fuera. También me he pasado muchos días haciendo los álbumes familiares. Teníamos pendiente hacer los álbumes de los últimos cuatro años y, ya que iba a estar fuera casi un mes, preparé un álbum nuevo para cada semana del embarazo. Los escondí por toda la casa y programé correos electrónicos con las fotos de la ubicación de cada álbum para que mi mujer pudiera encontrarlos y celebrar el embarazo semana a semana. A ella le encantan las fotos y los álbumes, así que, como no podía estar a su lado, quise compensarlo con estos detalles.

EL VIAJE

Viernes 6 de septiembre de 2024

Por fin llega el día del vuelo. Llego a la Terminal 2 del aeropuerto y aparco el coche allí (previo pago de casi 200 euros…).


Llego a Oslo y me dirijo directamente al hotel.


Los horarios de recogida de la autocaravana no coinciden con ningún vuelo, así que es necesario llegar un día antes.

Sábado 7 de septiembre de 2024

Paso una mala noche porque el calor me obliga a abrir las ventanas. Justo al lado del hotel hay una estación de autobuses donde todos los jóvenes de la zona se reúnen para ir al centro de Oslo. Sin embargo, no van todos juntos, sino que salen en grupos cada hora, y así hasta las 3 de la mañana.

Además, con las ventanas abiertas, el humo de los fumadores del bar de abajo entra en la habitación. Mala idea elegir el hotel más barato cerca del aeropuerto. Por suerte, el personal del hotel es muy amable y me ayuda con las maletas.

Voy a recoger la autocaravana y me encuentro con que, al ser sábado, hay mucha gente entrando y saliendo. Me entregan la autocaravana sucia, con algunos desperfectos y los neumáticos demasiado gastados para el largo viaje que me espera. Como hay mucha gente, prefiero no quejarme y acepto la autocaravana tal cual. Mala decisión, alquilarla un sábado ha resultado en un peor servicio y un recargo extra por ser fin de semana. El año anterior alquilamos una autocaravana en el mismo lugar y nos la entregaron impecable.

A pesar de todos estos contratiempos, no pierdo la ilusión por empezar el viaje. Hago las compras de comida y bebida y voy a recoger a mi padre al aeropuerto.

¡Y por fin, después de tantos años, comenzamos el viaje!

Aunque será un día pesado de autopista y carretera, la emoción por ver los fantásticos paisajes noruegos y las auroras boreales nos llena de energía.

Buscamos un lugar para pasar la noche junto a un lago.

Domingo 8 de septiembre de 2024

Nos levantamos hacia las 6 de la mañana. No recordaba que mi padre es hiperactivo y se mueve mucho mientras duerme. Yo duermo en la cama de arriba, y con cada movimiento suyo, mi cama da golpes. Termino poniendo un trapo para amortiguar el ruido (no para que mi padre deje de moverse…). Nota mental para un próximo viaje con mi padre: habitaciones separadas o una autocaravana más pequeña con una tienda de campaña para mí.

Lo bueno es que ambos somos madrugadores y nos gusta ir al grano. Desayunamos rápido y volvemos a la carretera.

Ponemos rumbo al norte y hacemos una parada en Trondheim para visitar la ciudad. Aparcamos en el área de autocaravanas junto al puerto. El precio del parking incluye conexión eléctrica, así como el llenado y vaciado de aguas grises y negras. No lo considero un buen lugar para pasar la noche por el ruido, pero para estar durante el día es perfecto y está cerca del centro.

Damos un paseo por la ciudad, y ¡qué recuerdos! Caminar por estas calles donde habíamos estado en viajes familiares es especial. Eso sí, en aquel entonces mi padre no tenía cámara de fotos, y ahora, con su smartphone, no deja de hacer fotos a cosas que para mí no tienen mucho sentido… pero bueno, lo dejo hacer, parece que se lo pasa bien.

Comemos y volvemos a ponernos en marcha hacia el norte. Hacemos todos los kilómetros posibles y pasamos la noche en una explanada protegida del viento por los árboles. El día ha sido ventoso y resulta muy molesto dormir con los golpes del viento sacudiendo la autocaravana.

Lunes 9 de septiembre de 2024

Después de una noche movida por el fuerte viento, nos levantamos, desayunamos y volvemos a la carretera.

Hacia el mediodía, llegamos al Círculo Polar Ártico. Al lado de la carretera está el centro del Círculo Polar Ártico, donde hay un bar y una tienda de regalos. Compro algún detalle para mi mujer y para el niño que está en camino. Comemos y seguimos nuestra ruta hacia el norte.

Vamos haciendo paradas para contemplar el paisaje.

Ya estamos cerca de Bodø, y en esta zona el viento es extremadamente fuerte. Dudo si tomar el ferry o no. Al llegar al puerto, veo que hay gente y otras autocaravanas esperando en la cola, así que finalmente decidimos subirnos a bordo. El viento azota el ferry con fuerza, y tanto nuestra autocaravana como la que tenemos delante parecen de papel, moviéndose de un lado a otro. Termina completamente salpicada de agua de mar.

Por fin llegamos a tierra firme, pero el viento sigue siendo intenso. Conduzco despacio para no perder el control de la autocaravana.

Es de noche y necesitamos encontrar un lugar protegido para dormir. Consulto la app Park4Night y me dirijo a un posible sitio, pero al llegar veo que está lleno de piedras, con mucho desnivel y una montaña justo encima. No me fío de que puedan caer rocas durante la noche, así que buscamos otro lugar. Finalmente, encontramos un sitio donde ya hay una camper aparcada. Apago el motor rápidamente para no molestar.

Reviso la app de previsión de auroras y veo que hay mucha actividad. Está nublado, pero en un claro del cielo ¡empiezan a aparecer las auroras!

Son de intensidad moderada, con tonos verdes y lilas, aunque las nubes no nos permiten verlas del todo bien. Aun así, ha sido emocionante que mi padre haya podido ver las auroras nada más llegar al Ártico.

Martes 10 de septiembre de 2024

Amanece, y ¡vaya lugar en el que hemos pasado la noche! Las montañas que nos rodean son impresionantes.

Seguimos nuestra ruta hacia el norte, en dirección a las islas Lofoten. Por el camino, debemos cruzar varios puentes, y con el viento cruzado, la conducción se vuelve difícil. Hay que reducir la velocidad para mantener el control.

Llegamos a la zona de Lofoten y Vesterålen. Empezaremos explorando el norte, dirigiéndonos primero hacia Vesterålen. El paisaje es espectacular: los colores otoñales visten los fiordos y las montañas, creando una estampa increíble.

Mientras nos acercamos a Andenes, algo se mueve en un prado. ¡Son alces! Me detengo en un lugar seguro y doy la vuelta con la esperanza de que sigan ahí. ¡Sí, ahí están! Consigo retratar a cinco preciosos ejemplares en fotos y vídeos.

Seguimos hacia el norte y visitamos la hermosa playa de Bleik, una playa de arena blanca con una isla justo enfrente. Damos un breve paseo por la orilla y luego nos ponemos en marcha para buscar un sitio donde pasar la noche, preferiblemente con vistas para intentar contemplar las auroras boreales.

En esta zona es difícil encontrar un buen lugar para dormir, así que terminamos en un sitio donde ya hay otras autocaravanas. No me entusiasma la idea de compartir espacio con más gente (primero, por no molestar, y segundo, porque si quiero hacer fotos nocturnas, prefiero evitar luces que puedan interferir), pero no hay otra opción.

Cenamos y apenas me da tiempo a terminar cuando el cielo se enciende con un espectáculo de auroras boreales.

Hoy sí que se ven mucho mejor que la noche anterior. ¡Qué espectáculo! Aunque hay algunas nubes, las auroras son perfectamente visibles a simple vista, y sus movimientos son hipnotizantes. Veo que no soy el único que está haciendo fotos, pero todos nos respetamos y evitamos molestarnos con las luces.

¡Menuda noche espectacular! 🌌✨

Miércoles 11 de septiembre de 2024

Nos despertamos hacia las 6 de la mañana por el ruido de una radio. Salgo y veo que proviene de una autocaravana de un noruego. No sé si el hombre es sordo o si es una especie de venganza por si los fotógrafos le molestamos durante la noche haciendo fotos (aunque nadie hizo ruido). Nos miramos entre los demás viajeros de las autocaravanas, riéndonos y alucinando con el volumen de la radio. Un poco más y se le agrietan las ventanas…

Desayunamos y continuamos la ruta, esta vez hacia el sur, recorriendo el otro lado de la isla. Hace un día soleado y sin viento, ¡hay que aprovecharlo! ¡Qué paisajes más espectaculares!

Para evitar hacer demasiados kilómetros, tomamos un ferry desde Melbu hasta Fiskebøl.

Hacemos una parada para comer en una pequeña isla en medio de un fiordo. ¡Qué lugar tan impresionante! Hace un día tan bueno que decidimos comer al aire libre, disfrutando del entorno.

Seguimos nuestra ruta hacia el sur de las islas Lofoten y llegamos a Hamnøy. Hacemos una breve visita a Reine, pero decidimos quedarnos cerca de Hamnøy para descansar y pasar la noche.

Aquí el viento sopla con fuerza y el cielo está completamente nublado, así que esta noche no podremos ver auroras boreales.

Jueves 12 de septiembre de 2024

Quería pasar la noche aquí para poder fotografiar el amanecer en Hamnøy. Pensando que estaría solo capturando este momento en el idílico pueblo, me sorprendo al ver que ya hay muchos otros fotógrafos en el mismo sitio. Las redes sociales han popularizado tanto estas islas que, ni siquiera a horas intempestivas, estás solo.

Para fotografiar este pueblo y conseguir la famosa toma, hay un puente donde se congregan numerosos fotógrafos. Tomo mi lugar, capturo el amanecer y dejo la cámara grabando un timelapse. Ha sido un amanecer precioso, aunque con un aire frío que se siente en la espalda.

Al terminar, regreso a la autocaravana para desayunar con mi padre y nos dirigimos al pueblo de Reine. Hace un día radiante, perfecto para disfrutar de un agradable paseo por este pintoresco pueblo rodeado de fiordos y montañas.

Hemos dejado la autocaravana en el área de autocaravanas del pueblo, ubicada en el puerto. Es un área muy bien equipada, con buenas vistas y un precio asequible.

Después de Reine, nos dirigimos al siguiente pueblo: Nusfjord, un bonito pueblo pesquero rodeado de montañas. La entrada es algo cara (alrededor de 10 euros por persona), pero merece la pena visitarlo. Además, con este buen tiempo, no vamos a desaprovechar el día.

Seguimos recorriendo estas preciosas islas y, después de comer, nos dirigimos a Henningsvær.

Aquí el día empieza a empeorar y el cielo se va cubriendo de nubes. El viento se intensifica, así que visitamos rápidamente el pueblo antes de salir en busca de un lugar donde pasar la noche y, con suerte, fotografiar las auroras boreales. Las previsiones indican una gran actividad solar y una posible tormenta geomagnética, pero también cielo cubierto y lluvia.

Encontramos un sitio para dormir y esperamos a ver si la meteorología nos da una tregua.

Comienzan a caer algunas gotas y observo el cielo por la ventana. De pronto, veo un claro con algunas estrellas, así que decido salir y hacer algunas fotos. ¡Y ahí están de nuevo!

¡Qué auroras! Esta vez, con un intenso color rosa y mucho movimiento en el cielo. Las disfrutamos en total soledad, en un lugar espectacular entre la carretera y el fiordo. El fuerte viento nos lo pone difícil y pone a prueba mi trípode.

Durante media hora, las auroras se muestran con gran intensidad y dinamismo, hasta que, de repente, el cielo se cubre por completo y empieza a llover. Nos refugiamos en la autocaravana y, tras revisar el radar de lluvia, veo que seguirá lloviendo toda la noche.

Decidimos irnos a dormir, muy felices por haber disfrutado nuevamente de unas auroras boreales espectaculares.

Viernes 13 de septiembre de 2024

Después de dormir poco debido al fuerte viento y la lluvia, nos levantamos y desayunamos. Hablando con mi padre, me comenta que pasó la noche muerto de miedo pensando que la lluvia podría provocar una riada y arrastrarnos al estar cerca del agua. Le explico que estamos en una isla en medio de un fiordo, y que es imposible que nos lleve una riada por la lluvia. Un tsunami, tal vez, pero una riada, no.

Mientras desayuno, reviso las últimas actualizaciones meteorológicas y de actividad solar. Hay previsión de una fuerte tormenta geomagnética, pero, por otro lado, el pronóstico indica que toda la costa noruega tendrá mal tiempo y cielos nublados durante la próxima noche. Veo que la mejor zona para intentar ver auroras es Laponia sueca.

No lo pensamos demasiado y ponemos rumbo hacia allí. Nos esperan unas 11 horas de carretera, y con el poco descanso que he tenido, sé que será difícil mantenerme despierto sin esa sensación de cansancio constante.

De camino, necesitamos vaciar las aguas grises y negras, pero en esta zona fronteriza entre Noruega y Suecia hay pocos puntos de servicio, así que tenemos que desviarnos hasta Narvik. Para complicarlo aún más, el puente está en obras y tenemos que dar toda la vuelta.

Después de hacer todo esto, seguimos nuestro camino hacia Suecia.

Por fin llegamos y buscamos un lugar con buenas vistas para pasar la noche. Pero no es fácil. A lo largo del trayecto, muchos sitios ya están ocupados por autocaravanas, caravanas, campers o minicampers. Es increíble cómo, después de la pandemia, hay gente viajando por todas partes y en todas las estaciones del año.

Finalmente, encontramos un sitio donde no se nos va a poner nadie cerca y con vistas al lago. El único inconveniente es que está pegado a la carretera principal y hay bastante tráfico (para ser Laponia, claro).

La temperatura comienza a bajar. Se nota que estamos en Laponia y empieza a helar. Por suerte, esta vez no hay mucho viento.

Cenamos y, de repente, empieza el espectáculo.

Al principio nos sentimos un poco decepcionados, parece que no es para tanto. Y, de golpe, ¡el cielo se enciende! ¡Qué barbaridad!

Auroras boreales de tormenta geomagnética KP7 en el corazón del Ártico.

Estamos en el mejor lugar para contemplarlas. Me vuelvo loco haciendo fotos, y los dos estamos alucinando con lo que vemos. El color verde intenso se ve clarísimo a simple vista. Mi padre, sentado en la tumbona con la pierna en alto por el trombo, me pregunta:

— ¿Soy yo o eso que veo es rojo, lila y azul?
— Sí, papa, estamos viendo esos colores a simple vista.

Obviamente, los tonos no tienen la misma intensidad que en la cámara, pero en persona, en directo y con todo el movimiento del cielo, no puede ser más espectacular.

En una sola noche hemos podido ver todos los tipos de auroras: estáticas, en movimiento y con parpadeo, en una gama de colores increíble.

Será una noche que jamás olvidaremos. Las auroras boreales más impresionantes que he visto en mi vida, y mi padre ha podido vivirlas también. Ahora ya no tendré que enseñarle fotos o explicarle cómo son, porque las ha experimentado en primera persona.

También pienso en mi mujer y el niño en camino. Qué ganas tengo de que ellos también puedan vivir algo así.

Nos vamos a dormir después de más de tres horas disfrutando de este espectáculo natural.

Sábado 14 de septiembre de 2024

Nos levantamos tras dormir poco debido al paso de coches y camiones. Aprovecho la mañana para hacer copias de seguridad de todas las fotos y vídeos. No quiero perder el material espectacular de la noche anterior.

Estamos cansados, pero seguimos rumbo a Kiruna. Allí, mi padre se va a dar una vuelta a pie, y yo me quedo en la autocaravana para dormir unas dos horas. Pero, en realidad, solo duermo 20 minutos.

No puedo descansar bien porque tengo en mente la próxima noche, ya que las previsiones indican actividad solar alta y cielos despejados en la zona.

Encuentro un sitio que parece perfecto para pasar la noche. Cuando mi padre regresa, nos dirigimos hacia allí.

Al llegar, confirmamos que es el lugar ideal. A diferencia de la noche anterior, aquí la carretera no tiene salida y no hay tráfico nocturno. Además, estamos rodeados de lagos y con vistas de 360 grados. El sitio perfecto para contemplar y fotografiar las auroras boreales.

Cuando llega la noche, hace aún más frío que la anterior, pero con ella vuelve el espectáculo.

Hoy, las auroras no tienen la misma brutalidad que las del día anterior, pero siguen siendo espectaculares. Me muevo de un sitio a otro para fotografiarlas y hacer vídeos timelapse. Alucinamos con su movimiento sobre nuestras cabezas.

Veo a mi padre muy cansado, y yo también estoy agotado, así que nos vamos a dormir después de más de tres horas disfrutando de este fenómeno único.

Domingo 15 de septiembre de 2024

Nos levantamos, y lo primero que noto es que me dejé la ventanilla del conductor abierta. Con razón hemos pasado tanto frío, incluso con la calefacción a tope. Esto nos ha hecho gastar mucho gas, un problema en un país donde una bombona de propano cuesta casi 50 euros.

Desayunamos y regresamos a Noruega.

Le reservé un vuelo a mi padre para que vuelva desde Evenes, así no tendrá que regresar hasta Oslo.

Nos dirigimos a un camping cerca del aeropuerto para recargar baterías, hacer las maletas y para que mi padre pueda darse una ducha en condiciones.

Parece que hay algo de actividad boreal, pero el cielo está muy nublado, así que nos vamos a dormir.

Lunes 16 de septiembre de 2024

Dejo a mi padre en el aeropuerto y me dirijo hacia Laponia finlandesa. Tengo ganas de volver a Finlandia y disfrutar de la tranquilidad de sus bosques.

Entro a Finlandia por el extremo noroeste, por Kilpisjärvi. De nuevo, me sorprende la cantidad de gente viajando, incluso en septiembre.

El cansancio empieza a afectarme y necesito parar varias veces para dormir unos minutos. La sensación de sueño es constante, y aunque nunca me duermo al volante, esa sensación previa me agota.

En uno de estos descansos reviso las previsiones meteorológicas y la actividad solar. Veo que en Laponia noruega podría haber algún claro en el cielo y que la actividad solar sigue activa.

Decido buscar un lugar para pasar la noche.

Esta zona de la Laponia noruega es la estepa ártica, un área salvaje y muy despoblada. Apenas hay sitios donde detenerse.

Encuentro un lugar y descanso. El cielo está completamente nublado, ceno y me voy a dormir.

Pongo alarmas para revisar si aparecen auroras. Me despierto varias veces, pero no veo nada. Hago algunas fotos con el móvil para confirmar, pero parece que no hay actividad.

Martes 17 de septiembre de 2024

Me levanto y, al repasar las fotos de la noche anterior en el móvil, me doy cuenta de que sí, en una de ellas había auroras boreales. El cansancio era tan fuerte que ni siquiera me di cuenta en el momento.

Tengo muchas ganas de disfrutar de la paz y la tranquilidad de los bosques de Finlandia, especialmente del Parque Nacional de Pallas-Yllästunturi. Llego al punto donde comencé mi travesía con esquís en 2022, en pleno invierno.

Al dirigirme a la zona donde comienza una ruta a pie, me encuentro con mucha gente, así que decido seguir más al sur, en busca de un lugar más tranquilo.

Hago una breve excursión a pie de dos horas, y ¡qué energía me ha dado este paseo! Descanso un rato y reviso las previsiones meteorológicas. No son buenas para esta zona, pero más al sur el tiempo parece mejorar.

Pienso en ir al Parque Nacional de Oulanka para hacer una excursión de uno o dos días. En este parque hice una travesía con raquetas hace 12 años, y tenía muchas ganas de verlo en otoño.

De camino, hago una parada en la Casa de Papá Noel en Rovaniemi para comprar algunos regalos para mi mujer y el niño que estamos esperando. Quería entrar, pero cierran a las 17:00 h y llego tarde.

Reviso nuevamente las previsiones meteorológicas y veo que han cambiado drásticamente. Toda la mitad norte de Finlandia estará bajo lluvias y fuertes vientos al día siguiente.

Dado el mal tiempo, cambio de planes y decido ir directamente a Cabo Norte, continuando el viaje por la costa noruega.

Voy subiendo por la ruta de Rovaniemi a Inari. En el camino, me encuentro con un tramo de carretera muy ancho que parece un antiguo aeropuerto. Me entran ganas de acelerar, pero voy a la velocidad reglamentaria (80 km/h), lo prometo…

Busco un lugar para pasar la noche cerca de Saariselkä.

Miércoles 18 de septiembre de 2024

Amanece un día gris y caen algunas gotas de lluvia. Me pongo en marcha nuevamente, rumbo al norte.

Paso por Inari, y me vienen muchos recuerdos de la travesía con esquís por el lago Inari en 2015 y del viaje en septiembre de 2016.

Cruzo la frontera y vuelvo a Noruega. Me dirijo a Karasjok, pero en el camino se enciende la luz de AdBlue.

Necesito llenar el depósito cuanto antes, pero estoy lejos de cualquier gasolinera. Voy un poco preocupado por si la autocaravana me deja tirado en mitad de la nada.

Finalmente, llego a Karasjok, lleno los depósitos de AdBlue y gasolina, y ya que estoy, aprovecho para vaciar las aguas grises y negras.

Termino y sigo la ruta hacia Cabo Norte.

Paro a comer cerca de Lakselv, pero tengo dudas sobre la meteorología. Los mapas del tiempo no se ponen de acuerdo y algunas previsiones indican vientos huracanados.

Aun así, decido seguir adelante.

Después de varias horas de carretera, por fin llego a la única carretera que lleva a Cabo Norte.

Cabo Norte: un lugar especial

Cabo Norte es un sitio único. Es el punto más septentrional de Europa, con vistas impresionantes del fiordo y las montañas al fondo.

Para llegar, hay que atravesar un túnel que pasa por debajo del mar. Este tramo de la carretera es complicado: una fuerte pendiente de bajada seguida de una subida empinada.

Es crucial no quemar los frenos en la bajada y no forzar el motor en la subida. Recuerdo que mi tío abuelo tuvo un problema aquí: perdió los frenos con el coche mientras remolcaba una caravana y, por suerte, pudo estabilizar el conjunto en la subida.

¡Y por fin llego a Cabo Norte!

Me vienen un montón de recuerdos de viajes con la familia y del último viaje en mi furgoneta en septiembre de 2016.

Cabo Norte es un lugar curioso y simbólico. Para algunos, un sitio especial; para otros, simplemente un punto geográfico muy turístico.

Lo que está claro es que es un destino de peregrinación para viajeros de todo el mundo, especialmente europeos.

Aquí llega gente de todas las formas posibles: a pie, en bicicleta, a caballo, en quad, en coche, en autocaravana, en camper en furgoneta en avión y luego autobús e, incluso, crucero.

Es un lugar que cambia radicalmente con las estaciones del año. En invierno, hay un mes y medio de oscuridad total, y en verano, el famoso sol de medianoche durante mes y medio.

Su clima es extremadamente impredecible. Puedes tener suerte y encontrar un día soleado y sin viento, o por el contrario, enfrentarte a nieve, lluvia y vientos huracanados.

Esta vez, me ha tocado lluvia y viento muy fuerte.

Reviso nuevamente las previsiones meteorológicas y anuncian vientos huracanados, así que prefiero no pasar la noche aquí.

Bajo hasta el pueblo de Honningsvåg para refugiarme del viento.

Encuentro un parking apartado, lejos de las casas, y me preparo para pasar la noche.

Jueves 19 de septiembre de 2024

Me levanto y el viento no cesa. Miro las previsiones y veo que el viento va a empeorar radicalmente hacia las 11 h. Quiero hacerle una visita a Jose Mijares y a su tienda, pero José no está y llegará más tarde. Quiero esperar a que abra la tienda para comprar algún detalle para mi familia, pero el viento empieza a empeorar mucho hacia las 9 h. Veo olas en el mismo puerto de Honningsvåg y decido marcharme antes de que sea tarde. Ya visitaré a Jose en otra ocasión.

Emprendo el viaje de bajada y, al atravesar los puentes, hay que ir muy despacio para no perder el control debido a los fuertes vientos laterales. Vamos unas cuantas autocaravanas en fila india, avanzando con cautela.

Días después veo que han cerrado Cabo Norte un par de días debido a los fuertes vientos.

De bajada voy disfrutando del paisaje y de algunos renos que me encuentro por el camino.
Una vez llegado al pueblo de Olderfjord, el viento ya no es tan fuerte y puedo ir a una velocidad normal de 80 km/h. Con el viento, había que ir entre 30 y 50 km/h. Parece exagerado, y he visto autocaravanas yendo rápido a pesar del viento, pero también he visto muchas perder el control por un fuerte golpe de viento. Es mejor ser prudente y adecuar la velocidad a las circunstancias.

Hacia el mediodía llego a Alta. Paro para comer y hacer algunas compras de comida.
Por el camino voy cargando la batería del ordenador portátil con un transformador de 12 V a 220 V que me he traído en la maleta. Hay que tener en cuenta que, a la hora de alquilar una autocaravana, los enchufes de 220 V solo funcionan si la autocaravana está conectada a una toma de corriente, ya sea de un camping o de un área de autocaravanas.

Bajando, me voy encontrando con tramos de fuerte viento de nuevo, sobre todo al subir a puertos de montaña muy expuestos. Uno de ellos es Sørstraumen. Ahora hay un túnel, pero quería subir para recordar antiguos viajes y disfrutar de las vistas desde allí.

Sigo bajando y recorriendo las carreteras noruegas con las vistas de los fiordos, bajo la lluvia y con fuertes vientos, especialmente al llegar a la zona de los Alpes de Lyngen. Busco una zona donde pasar la noche y encuentro un aparcamiento de carretera con buenas vistas.

Ceno y, cuando quiero dormir, me doy cuenta de que es un sitio de parada para muchos camiones, así que decido buscar otro lugar donde pasar la noche. Voy detrás de un coche con caravana, y el viento les hace dar bandazos de un lado a otro. Encuentro un aparcamiento al lado de una escuela, lejos de las casas, y me voy a dormir.

Viernes 20 de septiembre de 2024

Amanece un nuevo día de lluvia y fuertes vientos. Eso sí, el paisaje es espectacular, con las montañas teñidas de los colores del otoño y una ligera capa de nieve en las zonas más altas.
Voy recorriendo el paisaje con un color azul claro espectacular en los fiordos y arcoíris apareciendo a menudo.

Por fin llego a la isla de Senja. Atravesar los puentes con estos vientos se hace difícil.

Buscando en la app Park4night, encuentro un camping para pasar la noche y poder conectarme a internet para subir las fotos y los videos a mi disco duro online. Pero la conexión es muy lenta. Suerte que tengo discos duros de sobra.

Es un bonito camping a pie de fiordo con vistas espectaculares. Aprovecho para darme una larga ducha de agua caliente y descansar bien. Además el personal es muy amable y te lo ponen todo muy fácil.

Parece que hay un poco de auroras, pero apenas se dejan ver entre las nubes y la lluvia. Decido ir a dormir y descansar bien.

Sábado 21 de septiembre de 2024

Amanece un día nuevamente lluvioso, aunque esta vez las previsiones anuncian una mejora a media mañana. Voy recorriendo la isla y disfrutando de estos paisajes, visitando algunos lugares famosos como Tungeneset.

Me dirijo al pueblo de Fjordgård, donde comienza la excursión para subir al mirador de la montaña Segla. Para llegar a este pueblo, hay que atravesar unos túneles muy estrechos en los que no caben dos coches de lado; con la autocaravana, la situación se complica aún más debido a la altura. Por suerte, hay algunos apartaderos cada ciertos cientos de metros.

Llego al pueblo y voy directo al aparcamiento y al área de autocaravanas junto al puerto. Aquí se puede pagar con la app EasyPark, lo que permite marcar el tiempo y evitar la preocupación de buscar monedas.

Es mediodía y preparo la comida. Tengo dudas sobre si subir y ver el atardecer, pero reviso el radar de lluvia y veo que no deja de llover, así que decido darme una vuelta por el pueblo, descansar, leer un poco y luego irme a dormir.

Domingo 22 de septiembre de 2024

Aunque las previsiones anunciaban un día con más claros que nubes, son las 7 h y sigue nublado y lloviendo.

Desayuno y espero a que la lluvia se detenga un poco. Luego me pongo en marcha y comienzo la subida. El camino no es especialmente complicado, el único problema es el barro. Si no se está acostumbrado a la montaña, es mejor no subir hasta la cima del mirador y quedarse en el puerto, que también ofrece unas vistas impresionantes de la montaña Segla y el fiordo.

Yo decido subir hasta la cima. En el ascenso, solo me encuentro con un par de corredores de montaña muy simpáticos. La subida al mirador se complica por el barro y los restos de nieve. En los días anteriores ha nevado, dejando el camino muy embarrado, lo que, junto con la pendiente y las piedras, hace que la subida sea peligrosa. Así que subo despacio y ayudándome con las manos.

Una vez arriba… ¡menudo espectáculo! 
¡Qué paisaje más impresionante! No me extraña que sea uno de los lugares más famosos de Noruega. Empiezo a hacer fotos y vídeos en timelapse.

Al cabo de un rato, sube una chica alemana muy joven. Me comenta que lleva varios días viajando y subiendo montañas. De repente, comienza a llover más fuerte y con viento. Bajo un poco del mirador y me refugio detrás de una roca para protegerme. La lluvia para y aparece un enorme arcoíris a mi espalda. Luego empieza a nevar, después a granizar y, finalmente, la tormenta se detiene.

La chica baja hasta donde estoy y le enseño el radar, que parece indicar que ya no lloverá más. Pasan dos o tres minutos y, de repente, vuelve a llover con fuerza y a soplar un viento intenso. Nos reímos de la situación y comentamos lo típico del clima noruego.

Después de la lluvia, la niebla cubre todo el paisaje y no podemos ver nada. Empiezo a bajar hacia un lugar menos expuesto al viento, y aquí ya estaré solo. Le deseo buen viaje a la chica alemana. Me pongo a hacer otro timelapse en un lateral del camino principal y, de repente, sale el sol.

En menos de una hora he experimentado nieve, lluvia, granizo, viento, arcoíris, niebla y sol. ¿Qué más se puede pedir?

Va subiendo bastante gente, algunos más preparados que otros. Algunos me preguntan por dónde se sube, y les voy indicando.

En un momento, veo a una pareja noruega subiendo con un niño en la espalda y un perro por una pendiente muy pronunciada y expuesta al barranco. Les comento que el camino principal va por otro lado, pero el hombre me responde a gritos que es noruego y que ningún turista le va a decir por dónde tiene que ir. Le deseo suerte y sigo mi camino.

Poco después, veo cómo el pobre perro resbala y se queda colgando de la correa, gritando. En fin, imbéciles hay en todos los países del mundo.

Bajo un poco y llego a otro mirador al pie de la montaña, con el fiordo a mis pies y una caída impresionante. ¡Qué lugar tan espectacular!

Aquí ya empiezo a encontrarme con más gente. Cuando me retiro hacia el aparcamiento, sigue subiendo mucha gente, algunos con un calzado totalmente inadecuado para caminar por esos senderos llenos de barro.

Llego al aparcamiento, como algo y me pongo en marcha de nuevo. Quiero volver a las islas Lofoten para hacer unas fotos y vídeos que no pude tomar días atrás con mi padre.

Por el camino, el paisaje es impresionante, vestido completamente de otoño, con algunas montañas nevadas.

Lunes 23 de septiembre de 2024

Paso la noche cerca del aeropuerto de Evenes. Justo al lado hay un concesionario de la misma compañía de alquiler de Oslo, donde alquilé la autocaravana. Se encendió la luz de bajo nivel de aceite, así que voy para que la revisen.

Me dicen que esa autocaravana no pertenece a su concesionario y que debo ir a Oslo. Les respondo que no, que hasta Oslo quedan muchos kilómetros y que el motor podría griparse por el camino. Insisto en que la revisen, ya que pertenece a la misma compañía; de lo contrario, llamaré a la central. Finalmente, acceden y añaden un poco de aceite, pero una semana después, la luz volvería a encenderse.

Con el problema medio resuelto, sigo mi camino recorriendo estas maravillosas islas.

Quiero pasar la noche cerca del inicio de una excursión que tenía pendiente desde mi viaje de septiembre de 2016. Hay muchos sitios ya ocupados, pero encuentro un aparcamiento que es el punto de partida de otra excursión a una playa muy famosa. Bajo para comprobar si hay algún cartel que prohíba acampar, pero no veo ninguno. Sin embargo, hay un par de casas cerca, así que entro a internet para buscar otro lugar y evitar dormir tan cerca de las viviendas.

De repente, veo a una mujer que viene hacia mí en medio de la lluvia, muy enfadada. Me empieza a gritar que no puedo pasar la noche allí por estar demasiado cerca de las casas. Le pido disculpas y le explico que no vi ningún cartel, que me marcharé enseguida. Sigue gritándome mientras me voy para evitar problemas.

He viajado varias veces a Noruega y, este año, me he encontrado con mucha más hostilidad. No sé si se debe a la masificación y al hecho de que mucha gente no respeta nada, o si es algo postpandemia.

Finalmente, encuentro otro sitio lejos de las casas y descanso después de un día tan accidentado.

Importante: En Noruega, hay una ley que prohíbe pasar la noche en cualquier vehículo a menos de 150 metros de una vivienda.

Martes 24 de septiembre de 2024

Las previsiones de anoche indicaban que estaría medio nublado con claros, pero nuevamente amanece con lluvia y cielo cubierto. Cambio de planes y dejo la excursión para otro día. Decido recorrer otros lugares y voy hacia Reine.

Encuentro un espacio para mi autocaravana en un aparcamiento gratuito, justo al lado del mirador de Reine. Hay un coche aparcado y espero a ver si, con suerte, no se queda allí toda la noche. Al poco rato, llegan un par de mujeres, revisan los mapas con calma y, finalmente, se marchan. Ahora puedo aparcar bien la autocaravana sin entorpecer el paso de nadie. Me voy a hacer fotos y vídeos timelapse.

Reine es un famoso pueblo pesquero en un entorno de fiordos y montañas precioso. Espero y deseo que por la noche las auroras boreales se dejen ver. Hay actividad solar y anuncian algunos claros.

Por fin llega la noche y… ¡sorpresa! ¡Las auroras se dejan ver! ¡Qué maravilla, este espectáculo en un lugar tan espectacular!

Llegan un par de furgonetas y se bajan un montón de japoneses. Empiezan a gritar, hacer unos cantos muy extraños y se sientan en el suelo. Me encuentro con un hombre italiano muy amable y nos hace gracia toda la situación. Este chico viaja solo y en moto desde Italia. ¡Qué valiente!

El espectáculo de auroras boreales en este entorno tan bonito se acaba cuando la lluvia vuelve a hacer acto de presencia.

Me voy a dormir con la intención de hacer la excursión pendiente a la mañana siguiente.

Miércoles 25 de septiembre de 2024

Son las 6 h de la mañana y me levanto con la esperanza de hacer la excursión. Sin embargo, las previsiones vuelven a fallar: está lloviendo y el radar de lluvia no da tregua.

Reviso el horario de los ferris y decido poner rumbo al sur.

Quiero salir del aparcamiento, pero un coche ha aparcado justo detrás y tengo que hacer varias maniobras para poder salir. Me dirijo rápidamente al puerto de Moskenes con la esperanza de coger el ferri hasta Bodø. ¡Y hay sitio! ¡Qué bien! Así me ahorro dos o tres días de carretera y dinero. El billete del ferri me cuesta solo 100 euros.

En el ferri, me vuelvo a encontrar con el chico italiano.

Aprovecho el viaje para descansar e intentar hacer algunas copias de seguridad por internet, pero la conexión es demasiado lenta.

Llego a Bodø y, de nuevo, me pongo en marcha por carretera hacia el sur. Disfruto de un tramo de buen tiempo que me permite contemplar el impresionante paisaje de los fiordos.

Paso nuevamente por el centro del Círculo Polar Ártico. La primera vez que pasé por aquí con mi padre, todo el paisaje estaba teñido de los colores del otoño; ahora, en cambio, es un paisaje mucho más invernal, con las montañas cubiertas de blanco.

Poco después, la lluvia vuelve, esta vez con mucha intensidad.

Paso la noche en una zona apartada de la carretera, sin cobertura.

Por suerte, llevo el Garmin inReach con conexión por satélite, lo que me permite contactar con mi mujer y avisarle de que todo está bien. Está embarazada y se preocupa mucho.

Jueves 26 de septiembre de 2024

Sigo la ruta hacia el sur y, al revisar las previsiones meteorológicas, veo que anuncian sol en el Parque Nacional de Dovrefjell. Voy directo hacia allí y llego al mediodía. Me sorprende ver las montañas nevadas tan al sur.

Como rápido, cargo la mochila con el equipo fotográfico y subo rápidamente a la zona del parque donde sé que se encuentran los bueyes almizcleros. Como estuve allí en 2018 durante una travesía con esquís y también en 2023 en un viaje con mi mujer, sé dónde suelen estar.

Por el camino me encuentro con poca gente, la mayoría ya bajando. Cuando llego a la zona alta, hay bastante nieve, lo cual es un poco delicado porque oculta los agujeros del terreno y podría tener un accidente. Busco a los bueyes, pero no los veo de inmediato. Uso el móvil como prismáticos, haciendo zoom con la cámara, y… ¡sí! A lo lejos, veo una mancha oscura. ¡Son ellos! Solo hay dos ejemplares, pero están en un buen sitio.

Me acerco poco a poco, asegurándome de que me vean y comprendan que no soy una amenaza. Las normas del parque no prohíben acercarse, pero recomiendan no estar a menos de 200 metros, ya que, si se sienten amenazados, pueden embestir. Son como cabras gigantes. Estoy acostumbrado a la fauna salvaje y sé cuándo es momento de retirarse, así que sigo avanzando con cautela.

Primero están junto al río, pero luego suben un poco más. Paso por donde estaban antes y noto un fuerte olor a cabra que desprenden los arbustos. Desde aquí tengo una vista perfecta para hacerles fotos y vídeos, con las montañas nevadas de fondo. Ya no me acercaré más; están a menos de 15 metros en campo abierto. Me sitúo un poco más bajo que ellos para que se sientan seguros y, en caso de que se acerquen de golpe, pueda rodar hacia el lado del río y evitar una embestida.

Disfruto al máximo de las fotos y los vídeos en primer plano, hasta que noto que uno de ellos no solo me observa, sino que empieza a olfatearme. Parece que mi olor le molesta, ya que comienza a hacer movimientos de incomodidad. Decido retirarme y mantener una mayor distancia. Mientras lo hago, no me quita la mirada de encima hasta que me alejo unos 40 metros. Entonces, vuelven a pastar y comienzan a jugar entre ellos.

¡Qué momento tan increíble acabo de vivir! Ha sido un verdadero privilegio estar con estos fascinantes animales en su entorno.

Ahora toca volver a la autocaravana, con bastante frío al ponerse el sol y con la nieve cubriendo el sendero.

Busco un lugar donde pasar la noche y, finalmente, duermo en el mismo sitio donde pasé la noche en septiembre de 2023. Para mi sorpresa, hay un par de campers más.

Hace mucho frío, ya que el cielo está totalmente despejado. Lo bueno es que hay actividad solar y, una vez más, puedo fotografiar las auroras boreales.

Viernes 27 de septiembre de 2024

Me despierto hacia las 6 h de la mañana. ¡Qué frío! Empecé el viaje con calor en Oslo y ahora estoy a -5 grados en Dovrefjell. Todo el paisaje está cubierto por una intensa helada.

Sigo mi camino hacia el sur. Como tengo tiempo, decido ir a la carretera más alta de Noruega, la que atraviesa los glaciares: el Sognefjellet.

Esperaba algo de nieve, pero ¡no tanta! Por suerte, la carretera está despejada y no tengo problemas para circular. Qué paisaje tan espectacular. La nieve cubre los glaciares, pero aun así ha valido mucho la pena pasar por aquí.

Al bajar el puerto de montaña hacia los fiordos, los frenos se ponen a prueba, así que uso el freno motor tanto como puedo.

Llego a un precioso valle con un lago espectacular, el Eidsvatnet. Desde aquí, me dirijo hacia la población de Vik, recorriendo estos impresionantes fiordos.

En Vik, visito una iglesia de madera con un entorno muy pintoresco.

Sigo el recorrido, cruzo otro puerto de montaña y, finalmente, paso la noche en un lugar al lado de la carretera.

Sábado 28 de septiembre de 2024

Madrugo y me dirijo a una carretera que lleva a un parque natural que tenía muchas ganas de visitar.

Tras subir por un puerto de montaña con túneles muy largos y curvas de 180 grados en su interior, llego a la parte más alta. Allí la carretera está cubierta de nieve y hielo. Al salir de un túnel, la autocaravana derrapa al pisar la nieve, que, con el paso de los coches, se ha convertido en una capa de hielo. Los neumáticos están muy gastados y no tengo cadenas, así que, en cuanto encuentro un punto seguro, doy la vuelta.

Paso por el túnel más largo del mundo, el Lærdalstunnelen (24,5 km), recorriendo paisajes de otoño mezclados con nieve.

Busco un lugar tranquilo y protegido del viento para pasar la noche, rodeado de árboles. El cielo está completamente estrellado y, en el horizonte, se puede ver un leve resplandor de aurora boreal.

Domingo 29 de septiembre de 2024

Me levanto y desayuno con calma. Hoy mi destino será un camping.

Llego al mediodía para tener tiempo de hacer las maletas y dejar la autocaravana limpia y lista para entregarla. Siempre que me hospedo en un hotel o apartamento, o alquilo un coche o autocaravana, me gusta dejarlo todo ordenado y limpio.

Una vez que todo está listo, me relajo, veo alguna película y leo un rato.

Lunes 30 de septiembre de 2024

Hoy es el día de regreso a casa.

Entrego la autocaravana impecable y le comento a la mujer que me atiende los problemas que tuve. Me agradece la información y la educación con la que lo expongo. Incluso me ofrece una compensación simbólica por las molestias a través de una transferencia. Le digo que no hace falta, que en general estoy contento y que también agradezco su amabilidad y disposición. Entiendo que no todos los que alquilan una autocaravana son campistas y no todos tienen respeto por algo que no es suyo.

A pesar de que me entregaron una autocaravana mal revisada y de que en Evenes no me atendieron bien, sigo agradecido con esta compañía por el trato que siempre me han dado. He alquilado con ellos en otras ocasiones y siempre han sido impecables. Volveré a hacerlo.

Me recoge el taxi y me lleva al aeropuerto. Me quedan unas seis horas de espera, así que me lo tomo con calma: como algo, leo y veo una película en la zona de descanso.

Por fin sale el vuelo y llego a Barcelona.

Sin embargo, surge otro contratiempo: mis maletas no han llegado. Había facturado dos por todo el material que llevaba, y ambas se quedaron en Oslo. Me informan de que me llamarán cuando las tengan.

A las 23 h, cojo el coche y aún me quedan un par de horas hasta casa.

Por suerte, había colocado un AirTag de Apple en cada maleta por precaución. Al día siguiente, veo que ya están en Barcelona. Llamo a la aerolínea y me confirman que sí, que están allí, pero que tardarán un par de días en enviármelas. Decido ir a recogerlas en persona y, de paso, aprovecho para comprar al Ikea.

CONCLUSIONES

Ha sido un viaje tremendamente espectacular, aunque también agotador por las pocas horas de sueño y el mal tiempo.

Nunca en mi vida había visto semejantes auroras boreales y durante tantos días. Finalmente, mi padre pudo contemplarlas en un entorno espectacular, con unos colores visibles a simple vista, y con la comodidad y la libertad que ofrece una autocaravana.

Todo esto, por supuesto, en unos países donde el camping, la acampada libre y el respeto por la naturaleza forman parte de la cultura.

También he disfrutado de la vida salvaje en su hábitat: primero los alces en el norte de las islas Vesterålen, y luego mi encuentro con los bueyes almizcleros.

La meteorología extrema me mantuvo en constante expectativa, pero también me regaló momentos inolvidables, como en el mirador de la montaña Segla o entre la nieve con los bueyes almizcleros.

¡¡Con ganas ya de volver de nuevo acompañado de mi mujer y el niño!!

EQUIPO USADO EN ESTE VIAJE

GUÍAS Y MAPAS

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